Mi Historia

Desde pequeña me gustó mucho todo lo referente a las Bellas Artes, tanto que a los 5 años recibía clases de ballet, pero siendo ya más grandecita me decidí por las clases de Piano y en la adolescencia estudié órgano y teclado, tanto que a los 22 años ya era Instructora de Música.

Di clases durante muchos años, en lo que se llamaba Musiyama, que era la empresa que traía a Venezuela los órganos Yamaha. Luego mi jefa me consiguió varios alumnos para que les diera clases a domicilio en las ciudades de Caracas, Maracay, San Juan de los Morros, Cagua y Villa de Cura en donde estaba residenciada. 

Así fui formando un grupo de niños y jóvenes muy destacados en la interpretación musical y a los cuales bauticé "Los Ángeles de Nieves". Entre los años 1977 y 1979 grabamos 2 LP y nos dedicamos a dar conciertos de órgano y teclado en ancianatos, orfanatos, hospitales, para llevar alegría a las personas que allí vivían. 

También hacíamos conciertos en restaurantes para recaudar fondos para ayudar a los animales e inclusive hicimos una vez la donación de un teclado a un niño humilde a quien yo le daba clases gratuitamente. 

Hasta el año 2003 me dediqué casi completamente a dar las clases de música y a realizar estos conciertos, pero en ese año falleció mi madre y me fui retirando a mi casa en donde ya tenía algunos perros y gatos. Todavía en los años 2005 y 2006 dicté algunas clases a niños en Villa de Cura, pero después de eso me he dedicado absolutamente al Albergue de animales, porque siento que estas criaturitas necesitan más de mis cuidados y de mi tiempo.

Hoy en día, en el pequeño Albergue de mi casa perros y gatos a quienes cuido como si fuesen mis hijos. Sólo por ellos me levanto a las 5 de la mañana todos los días del mundo, les cocino, los limpio y luego salgo a la calle a hacer algunas diligencias para retornar en horas del mediodía a servirles la comida y a limpiarlos nuevamente. En eso duro hasta las 5 de la tarde, que es cuando por fin me ocupo de mi persona.

En verdad creo que esta es una misión, que Dios me ha encomendado y yo la realizo con todo el amor que puedo albergar en mi corazón. 

Le doy gracias a todas las personas que me han ayudado a sacar adelante esta gran labor.